Un Valiente

Tamaño acto requería paciencia y coraje.
Más que eso, para ejecutar una acción como esa, se necesita de un odio parío, de esos que alimentan de adentro. Una rabia de esas que no se aguantan, que hacen saltar las tapaduras de tanto morderse los dientes.

Es comprensible entonces que haya esperado horas en un ambiente tan hostil y vomitivo, lleno de malasangres y malaleches. Es imaginable que a pocos metros de su cara, aunque mediara un vidrio, haya llenado su boca de saliva pastosa, juntado algo de aire en sus pulmones y le haya propinado tamaño escupitajo a su imágen y su carroña.

Valiente el hombre. Aún rodeado de fanáticos y potenciales asesinos, hizo lo que tantos habríamos querido hacer: Estamparle un pollo en la cara a este criminal internacional.

Vaya pues un homenaje a Francisco Cuadrado Prats, nieto del asesinado general constitucionalista Carlos Prats.